Pásate al software libre de forma indolora

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Pues sí, como la salud y el bienestar de nuestro público nos llega incluso a quitar el sueño, en sambadarua queremos que estéis protegidas y protegidos en vuestra interacción con la tecnología. Por eso, después de tanto hablar de las bondades del copyleft y del software libre, nos lanzamos a proponer algunos programas y aplicaciones para que podáis pasar de forma no traumática de un entorno propietario y restrictivo a otro libre y abierto.

Si curioseáis un poco en las propuestas que os hacemos, veréis que se trata de programas estables y de fácil manejo que, además, os garantizan el mismo tipo de posibilidades que aquellos que estáis acostumbrados y acostumbradas a manejar -cuando no os abren muchas más-. Os sorprenderéis de la diferencia entre el Internet Explorer y Firefox o entre el Windos Media Player y el VLC. No hay color, oiga.

Pues eso, ahí va nuestro pequeño listado de curas y ungüentos contra el virus de la propiedad:

Muchos, muchos más en el wiki de software libre de Escolar. Que disfrutéis curioseando. Buen fin de semana.

[Si tenéis propuestas acerca de programas que conozcáis y no estén en la lista, si os asaltan miles de dudas y queréis que intentemos resolvéroslas, si queréis contarnos cómo os va a vosotros y vosotras con el software libre o, simplemente, si trabajáis para Microsoft y queréis mandarnos un recadito cariñoso, no dudéis en dejar vuestras cuitas en los comentarios].

Siempre que vuelves a casa, me pillas en la cocina

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Pero no embadurnado de harina, no, sino sirviéndome de la cultura popular compartida para ponerme como Perry Mason a base de guisos deliciosos y postres inimaginables. En efecto, ¿qué son las recetas sino la expresión más clara del copyleft aplicada al mundo gastronómico? Gracias a Dios (a Baco, con toda seguridad), la recopilación de recetas de cocina es una tradición antigua que ha permitido un trasvase de conocimiento de unas generaciones a otras, de unos pueblos a otros, de unas culturas a otras. Debido a ello, mi abuela -madrileña de casta- preparaba una de las mejores paellas valencianas de todo el barrio de Argüelles, o mi amigo Pablo es mundialmente conocido por su destreza con el nori maki.

Mi abuela y Pablo, y quienes engullimos felices sus platos, disfrutamos así de un elemento cultural que ninguna norma ha sido capaz de encorsetar, de blindar o de restringir. La receta es el procomún más apetitoso del que podemos beneficiarnos, pero no debería ser el único. De ahí que la pelea por ampliar los estrechos márgenes de la libertad de conocimiento nos siga pareciendo tan urgente como ineludible. Ya sabéis que podéis disfrutar del pequeño grano de arena aportado por sambadarua a esta batalla.

[El asunto de las recetas y el copyleft, aunque tiene su origen en Stallman, nos lo han contado los compas de xsto.info, una cooperativa de servicios informáticos instalada en el espacio e35, en Lavapiés. Suyo es también el tomatito que colorea este post].

Fue bonito mientras duró: sambadarua se despide de la calle

No hay palabras para expresar lo que sentimos en este momento. Pero las cosas pasan cuando tienen que pasar, y no tiene sentido prolongar algo que navega a la deriva, sin rumbo ni mapa ni coordenadas. Son muchas las causas, pero ahora no importan. Lo hemos debatido largo y tendido y al final nos parece lo más apropiado.

Lo que sí es vital es agradeceros más de cinco años de apoyo, de complicidad, de energía transmitida, de baile y protesta. Nos hemos sentido felices compartiendo las calles con vosotras y vosotros, y más allá de dónde nos lleve el futuro a cada una y a cada uno, seguro que el día menos pensado, en una mani cualquiera, nos reconocemos entre el gentío y nos regalamos una sonrisa. Una sonrisa para recordar estos años de ilusión compartida que se han quedado grabados para siempre.

Hasta aquí sambadarua, gente. Seguid hacia delante con tanta ilusión como hasta ahora. Nos vemos en otra batalla.